Pintaremos en el suelo una gran sonrisa para intentar olvidar nuestras penas. Lástima que en ese instante el cielo esté llorando y nuestro dibujo se pierda en infinita tristeza.
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Indignación

Indignación, ese es el sentimiento que recorre en el día de hoy mi interior. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Cómo no se me ocurrió romper todas mis ilusiones hasta ahora?

Imposible. Cuando antes decía esa palabra seguía habiendo una mínima esperanza en mi corazón y en lo más profundo de mi ser. Sin embargo, hoy, he abierto los ojos. Ya no me queda nada, ya no significa nada esa palabra, ya no queda ninguna esperanza dentro de mi corazón.

Y es que… duele tanto tener que ver a la persona que más quieres, por la cual darías tu vida, tu corazón y todo tú con otra. Duele tantísimo leer sus escritos de amor, ver lo mucho que quiere a la otra persona, que te cuente que se quedó a dormir en su casa, que comieron juntos… que es feliz y no te necesita en su vida para serlo.

La esperanza es algo que me ha abandonado y que dudo que llegue a recuperar. Porque, si la palabra imposible existe debe de ser por algo, ¿No? En este mundo sí que hay cosas que son imposibles, que nunca podrás llegar a alcanzar, que por más que lo intentes y lo desees jamás se harán realidad.

Duras palabras para una soñadora.
Cuando estás acostumbrada a sufrir el dolor se vuelve una rutina. Por ello, cuando acaba abandonándote, llegas incluso a echarlo de menos.
Me rindo
Nuestro amor se apaga lentamente sin que nosotros lleguemos a darnos cuenta. ¿Qué nos quedará al final de aquel amor apasionado que creíamos infinito? Unos cuantos suspiros que se llevará el viento.

¡Jaque mate!

Juro que hoy será la última vez que derrame una sola lágrima por tu causa.

No volverás a conseguir que mis días soleados se llenen de densas nubes negras. No dejaré que nuestros recuerdos vuelvan a la luz cada vez que intento avanzar, sin mirar hacia el camino que dejo tras de mí, impidiéndome hacerlo.

No quiero ver cómo consigues hacerlo sufrir cada vez acabo encerrada llorando por cada una de las puñaladas que recibí de ti. Soltando gritos desgarrados procedentes de lo más hondo de mi corazón.

El miedo no llamará a mi puerta cada noche y, en caso de que lo haga, no lo dejaré pasar. No me sentiré débil ni confusa, no temeré entregarme a alguien en cuerpo y alma. Mi corazón no sufrirá con cada beso ni caricia.

Porque pienso disfrutar de la vida que has conseguido arrebatarme... sin ti. ¡Jaque mate! Y esta vez, gano yo.

Estrellas

El mundo se abría ante nuestros rostros maravillados. Krîst y yo... yo y Krîst. Ambos tendidos sobre lo que era hierba mojada por la lluvia que había caído durante todo el día. El cielo, por fin despejado, nos enseñaba sus más ocultos secretos.
Podía sentir el calor que emanaba de su mano sobre la mía. Su respiración a mi lado. Su cabello acariciando mi rostro.
-Esa es la Osa Mayor, Iryn -Giró su rostro hacia mí mostrándome una cálida sonrisa que en un pasado había conseguido sanar el corazón roto de una soñadora. Su dedo apuntaba hacia un punto lejano en el cielo.
-¿Cuál? ¿Dónde? -Pregunté con curiosidad acercándome más a él para conseguir adquirir su misma perspectiva.
-Ahí... -Agarró mi mano y la movió como si estuviese dibujando pequeñas hondas en el aire, hasta que dio con la conocida constelación. -¿La ves?
-Sí... pero... ¡yo no veo que eso sea un oso! -Dije frunciendo el entrecejo, no entendía por qué llamaban a un conjunto de estrellas que más bien parecían una cometa "Osa Mayor".
-¿Sabes? Esa estrella... es mi favorita -Dijo señalándome otra un poco alejada. Krîst siempre ignoraba mis comentarios cuando le interesaba... y eso no valía.
-¿Tu favorita? ¿Por qué?
-Se llama Iryn y es tu estrella -Respondió con una sonrisa que consiguió cortarme el aliento.
No es que no crea en el amor verdadero... es solo que no creo que esté hecho para mí.

Gritos

Aquella noche, como otra cualquiera, volvimos a pelear. Tus gritos retumbaban contra las paredes de la estancia haciéndome incluso estremecer. Recuerdo que aquel día volviste a hacer uso de tu idioma. Aquel en el cual utilizando palabras bien sonantes hacías más daño que con cualquier daño físico que se pueda ejercer a ninguna persona.

Sin embargo... la pelea fue distinta a las demás. Yo, como nunca antes hasta el momento había ocurrido, no cedí.

No, aquella vez no pensaba volver a dejarme pisotear por ti como siempre hacía. No quería que fueses tú el que volviese a salir victorioso. No quería ser yo la que acarrease con todas las culpas.

¿Sabes qué fue lo mejor? Que, aún ahora, no sé por qué nos peleamos. No sé cuál fue el motivo de la discusión que llegó a romper el estrecho lazo que nos unía.
Hoy el amor se ha esfumado, así pues, mi única compañera será una buena taza de chocolate caliente. Algo de dulzor en mi vida nunca viene mal.
Amo cuando lo sueltas tan a la ligera, como si careciese de importancia, aunque realmente posea demasiada.

Ojitos de cordero degollado

-¡Estoy enfadada! -Declaré gritando con fuerza a la vez que me cruzaba de brazos. Lo miraba directamente a él con el ceño fruncido y los dientes muy apretados, casi haciéndome daño.
-¿Enfadada? ¿Enfadada por qué? -Me miraba dubitativo, una de sus cejas alzadas y una pequeñísima mueca comenzaba a asomarse por sus labios. La verdad es que parecía incluso preocupado por si había hecho algo que me hubiese molestado. Já, se lo merecía.
-¡¿Cómo que por qué?! -Mis ojos se abrieron como si estuviese sorprendida. -Pues... pues... -vacilé un momento sin saber muy bien qué decirle. -¡Porque me estoy volviendo super dependiente! -Dejé de sostener su mirada para posar la mía sobre el suelo, sobre nuestras piernas.
-¿Super dependiente? ¿A qué te refieres? -Una sonrisita se formó en sus labios. Sí, vale, me imagino que ya sabía por dónde iban los tiros. Pues no, no pensaba darle la satisfacción de decirle exactamente lo que él esperaba que dijese.
-A que... Ahora el que cocina eres tú -Vale, sí, frase rápida que viene con inconveniente incluido: suma estupidez.
-Iryn... ambos sabemos que eso no es lo que querías decir. Venga... ¡Dilo! -Me dio un par de golpecitos en el brazo, suplicante mientras me ponía ojitos de cordero degollado. Tsk... a esos ojitos no había Dios que se resistiera.
-Bueeeno... a que te amo demasiado -Susurré muy bajito.

A continuación, noté sus labios sobre los míos en un profundo y cálido beso.
Que ridícula, absurda y tonta que puedo llegar a ser.
Hoy no encenderé las luces, hoy me quedaré en silencio escuchando solo tu respiración, hoy no habrá dudas, hoy no habrá miedos. Puedo asegurarte que hoy conseguiré ser feliz.

Lo seré, te lo aseguro, mis pensamientos volarán por una galaxia demasiado lejana para que los miedos sean capaces de alcanzarme. Y te abrazaré, te estrecharé entre mis brazos y te cantaré una suave balada en la cama.

Solo tú y yo

He de decir que era lo mejor que había cruzado nunca mi vida. Los colores oscuros que se fundían en sus ojos visitaban cada uno de mis días transportándome al intenso y maravilloso mundo de los sueños - Aquel lugar en el que él me decía que me amaba -
Sus palabras mezcladas con un pequeño contacto de sus dulces labios hacían que todo mi cuerpo se estremeciera recorrido por incontables rayos eléctricos.

Recuerdo perfectamente cómo nos encontrábamos descansando sobre la playa con el único sonido de las olas contra la arena y la melodía de su corazón cantando bajo mi cuerpo. Nuestras almas se juntaban y entrelazaban formando un maravilloso baile de formas y colores.

Amaba aquellos momentos en los que éramos solo él y yo sobre la Tierra siendo una sola persona, en los que las preocupaciones desaparecían como si su existencia jamás se hubiese dado.

Porque él, fue el bote que consiguió sacarme del agua, la luz que dirigió mi camino, el oxígeno que alimentaba mis pulmones, mi única razón de felicidad y mi única esperanza.

Y ahora y siempre gritaré a las estrellas que mi corazón es solo suyo, que continuo viva por él y que lo amo con cada fibra de mi ser.
¿De verdad aquella figura reflejada en el espejo era mi propia persona? Me encontraba tan extraña que era incapaz de identificarme. Supongo, que lo que el cristal me mostraba, en realidad no era otra cosa que la cárcel que tenía presa a mi alma.

Pesadillas

Ayer tuve una pesadilla en la que tú aparecías.

Tus fríos y oscuros ojos llenos del más profundo de los odios que jamás antes había sido capaz de apreciar. Tus ondulados cabellos claros extendidos sobre tu rostro y cuello tapando las cientas de cicatrices que tu mismo te habías producido. Tu gesto duro y despiadado daba a entender el que no vacilarías a la hora de la verdad. He de reconocerlo, te asemejabas tanto a la frialdad que podría haberte confundido con la muerte.

Recuerdo el escalofrío que recorrió mi espalda cuando nuestras miradas se encontraron. Recuerdo el sentimiento que me invadió, la certeza de que hiciera lo que hiciese sería incapaz de huir de ti. Recuerdo cómo te lanzaste sobre mí, todos aquellos intentos estúpidos por conseguir escapar. Soy incluso capaz de recordar cómo mis gritos desgarrados chocaban contra las paredes sin respuesta.

Después de todo aquel dolor, sufrimiento y miedo. ¿Sabes lo que más me aterrorizó? Que aquello no fuese otra cosa sino la realidad.

Enid West

Ahora, en esta noche silenciosa, callada y oscura, después de tanto tiempo separados por un motivo difícil de ignorar, en el momento en el que las palabras no quieren surgir y los sentimientos se ocultan para no ser descubiertos; mírame directamente a los ojos con tu mirada cristalina por una sola vez en tu vida. Pero prométeme que, en el preciso instante en el que nuestros ojos se crucen, procurarás no pensar en nada de eso. Júrale a la blanca Luna que no te separarás de mí por el asco o la repulsión que llegué a darte, que intentarás que todos los recuerdos de mi pasado no te atormenten.

Deja de lado todos aquellos llantos sobre a tapa de un oscuro váter, todos aquellos miedos callados que no hacían otra cosa que gritar en silencio, todas aquellas noches en las que mis lágrimas mojaban las sábanas sin compasión a la espera de que mi llanto consiguiese que volvieras a mi lado. Perdona todo aquel daño que mis más profundas pesadillas y sentimientos causaron a ambos.

Olvida todo lo que fui en un pasado y quédate con lo que ahora mismo soy, quédate sencillamente con Enid West.

Kissed by an angel

-But she didn´t see. He had no place in her life, and perhaps that was best for her, but it was a miserable life in death for him. If only she´d free.... him from his prision of love. But she didn´t know, didn´t see the key that was in her hands only in her gentle, loving, carig, caressing, hands, in hands that held, that healed, that hoped...

-Shut up!!

Te crei

En aquel momento, mientras observaba tu menuda figura alejarse hacia un lugar inalcanzable para mí, hacia aquella zona situada detrás del oscuro cristal que siempre había separado nuestras dos almas y cuerpos impidiéndonos llegar a alcanzar la felicidad juntas. En el segundo exacto en el que mi desesperación explotó como el volcán muerto del que vuelve a salir lava tras cientos de años, siendo incapaz de correr tras tuya y fundir nuestros cuerpos de nuevo en un abrazo eterno; mi corazón lanzó un grito ahogado que solo tú podías escuchar.

En ese preciso instante, aunque tú continuases tu camino sin girar tu mirada hacia mi dirección, puedo incluso a llegar a asegurar cómo mentalmente me asegurabas que volverías, que todo aquel tiempo no sería capaz de separarnos, que me protegerías aunque no te encontrases a mi lado. Pero lo más importante de todo fue cómo me decías que me querías y... juro que te crei.






Marta María Gonzalez Moragriega. Te quiero.

Profundos sueños

Bajo el cielo estrellado pero sobre la tierra se encontraban cada uno de nuestros cuerpos, tendidos en la playa una noche tranquila de verano. Por nuestros cuerpos, aún húmedos por aquel relajante baño en el mar, corrían pequeñas gotitas de agua salada.

Estábamos en silencio, ninguno decía nada. Sin embargo era un silencio agradable y nada molesto. En aquel momento no había nada que añadir, todo estaba dicho, y, gracias a aquel silencio éramos capaces de entendernos sin necesidad de palabras.

Las estrellas ardientes resplandecían nosotros como si nos dedicasen deslumbrantes sonrisas. Lentamente alcé una de mis manos intentando alcanzarlas, capturarlas, poderles pedir un deseo.

Aquella noche dorminos unos junto a otros como si fuéramos una gran familia, dándonos el cariño y el amor que jamás habíamos de nuestros parientes sanguíneos.

¿Sabes por qué aún recuerdo aquel día? Porque por difícil que parezca fue el primer día en el que tú no me asaltabas en mis más profundos sueños.

Cuerdísima locura llamada amor

¡Ay! ¡Que el amor, que lleva siempre vendada la vista, halle sin los ojos camino franco a su voluntad! ¡Mísero de mí! Mucho da que hacer aquí el odio, pero más el amor. Por tanto, pues, ¡Oh amor pendenciero! ¡Oh odio amoroso! Oh suma de todo, primer engendro de la nada. Pesada ligereza, grave frivolidad. Informe caos de seductoras formas. Pluma de plomo, humo resplandeciente, fuego helado, robustez enferma, sueño en perpetua vigilia, que no es lo que es. Tal es el amor que siento sin sentir en tal amor amor alguno.

Mis propios pesares abruman mi pecho, que se acrecientan más con los tuyos. Ese afecto que me has mostrado añadee nuevo pesar al exceso del mío. El amor es humo engendrado por el hálito de los suspiros. Si lo alientan, es chispeante fuego en los ojos de los enamorados. Si lo contrarían, un mar nutrido con lágrimas de amantes. ¿Qué otra cosa más? Cuerdísima locura, hiel que endulza y almíbar que amarga.
Quizás algún día pueda permitirme el hecho de no tener que mentir más. Puede que ese sea también el día en el que la felicidad tan lejana por fin se encuentre conmigo. Será el día en el que todas las falsas sonrisas se desvanezca, en el que no tenga que mantenerme ocupada para no recordarlo, en el que dormir no signifique llorar su pérdida.

Espero que ese día se encuentre en mi futuro porque si no fuese así, ¿De qué me serviría continuar viva? La gente necesita metas para continuar con su existencia y yo, en esta ocasión, no soy una excepción.

Inaccesibles. Imposibles

Mágica realidad imaginaria que esconden cada uno de los versos aquí escritos. Mágica poesía desprendedora de sentimientos desconocidos. Sentimientos tan profundos que jamás dejarán de ser imposibles de describir. Imposibles como tú, imposibles como yo. Porque somos inquebrantables, imposibles. Podrán intentarlo una y otra vez pero jamás conseguirán entrar en lo que llamamos nuestra fortaleza, nuestra barrera.

Y es que, cuando has llegado a este punto de la vida en el cual lo único que te permites hacer es avanzar, resulta tan difícil dejarte llevar que incluso llegas a tener la impresión de que jamás volverás a sentir algo como aquello que inundaba cada uno de los tristes días que inundaban tu vida.

Recuerdo aquellas palabras

¡Oh! Estúpida de mí que se creía todas y cada una de tus palabras dejándome llevar por cada sílaba armoniosa que emitía tus labios.

Debo admitirlo, fui tan ilusa que llegué a creerte, a caer en tus romances y cuentos de hadas. Debo decir que incluso llegué a creerte más a tí que a mí misma.

Cada uno de tus juramentos de amor se quedó grabado en mi mente para siempre haciendo que me fuera imposible escapar de tu voz, de tu cariño y de tu falso amor.

Incluso ahora, cuando el tiempo ya ha pasado, aún ahora en mis noches más largas y solitarias recuerdo aquellas palabras como si fuesen mías. Recuerdo cómo decías que me querías.

No quisiste escuchar

No puedes ni imaginar cómo me sentí en aquel momento de absurda cordura...


Sentados en un viejo banco de madera podrida y ocultando los fuertes latidos de nuestros corazones. Ambos nos encontrábamos demasiado nerviosos para encontrar las palabras adecuadas. Fuimos a hablar, pero fue un intento en vano.

Con un grito ahogado te miré a los ojos, suplicándote en silencio que supieses leer en ellos como nadie hasta el momento había querido hacer.
En aquel momento mi único deseo era que supieses escuchar los mensajes que te lanzaba mi corazón con cada uno de sus latidos.

Tú, perfecta alma causante de todos mis sueños, acortaste la distancia que nos separaba para, con una sonrisa, decirme que amabas a otra.

A través del tiempo

Aquel era el camino que recorrían todos los que, como nosotros, deseaban algo que se considerabla imposible. ¿Qué era exactamente lo que esperaban encontrar más allá de los muros de aquella ciudad?

Él y yo, ambos, teníamos nuestra propia respuesta a aquello. La buscábamos a ella.
Aquel menudo, delicado y pequeño ser de ojos color cristal. Ella había sido la luz en nuestros días de oscuridad. Ella era la única que conseguía que el lento paso del tiempo se volviese más llevadero. Ella había sido nuestra única esperanza tantas veces...

Pero se la habían llevado demasiado lejos para que fuésemos capaces de alcanzarla. Ahora ella estaba muerta y para poder volver a protejerla entre nuestros brazos deberíamos atravesar el tiempo en su búsqueda. Volver al día en el que su esencia se escapó de nuestras manos. Volver al día de su muerte.

Alas cristalinas

Ojalá algún día, sin razón aparente, creciesen sobre mi espalda dos pequeñas alas que me permitiesen volar lejos, muy lejos. Más allá de esta oscura tierra, de este planeta y de esta galaxia.
A ese mágico lugar en el que los sueños, por alocados que sean, se vuelven realidad.

¿Desearías acompañarme en mi viaje?

Podríamos irnos tan lejos... A un mundo en el que las mentiras no existiesen, en el cual nada fuese capaz de alejarme de ti... A Aquel pequeño rincón en el que tú y yo consiguiésemos alcanzar la felicidad. Juntos.

Dear...

La verdad es que no sé cómo empezar esta carta ni qué contaré en ella, tampoco puedo saber qué efecto causará entre nosotros y si llegará algún día a tus manos.

Lo único que tengo claro es que debo escribirla. Quizás solo sea porque quiero desahogarme, porque no puedo más… pero puede que sea por algo más, porque quiera explicarte estos sentimientos guardados en mi interior que ni yo comprendo.

He dejado de comer, sentir y reír, este fue el efecto que provocaste en mí. Todo ocurrió con rapidez, pasó de ser un mágico sueño a una horrible pesadilla. Dime, ¿Qué es lo que nos pasó? ¿Acaso hay algo no contado? ¿Algo que se nos escapó?

Aún, después de todo el daño que causas en mi ser con cada palabra tuya, con cada gesto, con cada mirada; esta estúpida que es mi alma te sigue amando, queriéndote con locura. Porque con cada sufrimiento continuado por el llanto te amo más y más.

Algunos dicen que esto es solo una obsesión, que se me pasará y que volveré a reír si tú no estás. Pero yo sé que todo esto no es verdad, que vivo por ti y para ti, que el único aire que respiro es el que sale de tus pulmones, que mis ojos solo quieren observarte a ti mientras duermes y que mis labios solo quieren estar cerca de los tuyos.

La verdad es que me estás matando lentamente, que estoy perdiendo la cabeza y acabaré muriéndome… pero dime ahora que sabes todo esto, ¿De verdad importa?


Atentamente: Elisabeth








Hace mucho que escribí este texto pero me gusta muchísimo y he creído que debería de ponerlo en el blog.

Prohibido

Él, hijo de la vida. Ella, hija de la muerte.

Ambos cuerpos y almas se funden lentamente tras siglos de pena y amargura por un amor imposible. Sus labios se encuentran con ternura.
Su amor está prohibido, es inaceptable. Sin embargo, separarse el uno del otro sería el fin de sus existencias.

Dicen que cuando encuentras a esa persona que es capaz de hacerte olvidar todo lo demás, de que un escalofrío recorra tu espalda con cada mirada compartida, de que estés seguro de que darías tu vida por ella; no debes dejarla marchar.

Aunque todo eso sea verdad, ellos son demasiado diferentes para poder estar juntos. Pero... quizás, solo quizás, eso es lo que los unirá para siempre.

Lejanía

Ella. ¿Qué era exactamente lo que ocultaba con su profundo silencio?
Detrás de aquel maquillaje perfectamente colocado sobre su rostro, de su peinado hecho con esmero y de sus ropas de marca.
¿Qué era lo que escondía bajo el frío cristal que protegía su corazón? Su personalidad, sus gustos, sus intereses... todo nos era desconocido.
¿Cuáles serían aquellos deseos que contaba noche tras noche a las estrellas a la espera de que ellas la escuchasen?
Realmente, ¿Existía alguien en aquel mundo que conociese a Cassandra tal y como ella era?

Nuestro amor

"El amor es siempre paciente y amable. Nunca es celoso. Nunca es jactancioso o engreído. Nunca es grosero o egoísta. No se ofende y no es resentido"

No es mía, es de la película "Un paseo para recordar", pero me sentía obligada a publicarla.

Escritura romántica

Verano. La noche despejada nos permitía visualizar cada una de sus pequeñas estrellas radiantes, cada cual de una belleza mayor.

Mi cama, angulada para poder admirar el cielo día tras día, se encontraba sola y fría.

Yo, tonta de mí, estaba demasiado ocupada escribiéndote cartas de amor mientras que tú, amante incondicional, te tirabas a los brazos de otra mujer.

Completa

¿Sabes cómo me sentí la primera vez que te vi? Me encontraba completa.

He de decir que en un pasado siempre llegué a pensar que nunca volvería a sentir algo como aquello pero, tú, con tu resplandeciente luz, conseguiste completar mi esencia que se hallaba perdida desde hacía tanto tiempo.

Pero... Ahora que estoy a tu lado, ¿Eres capaz de imaginar qué pasaría si tú desaparecieses de mi vida?