Pintaremos en el suelo una gran sonrisa para intentar olvidar nuestras penas. Lástima que en ese instante el cielo esté llorando y nuestro dibujo se pierda en infinita tristeza.
No es que no crea en el amor verdadero... es solo que no creo que esté hecho para mí.

Gritos

Aquella noche, como otra cualquiera, volvimos a pelear. Tus gritos retumbaban contra las paredes de la estancia haciéndome incluso estremecer. Recuerdo que aquel día volviste a hacer uso de tu idioma. Aquel en el cual utilizando palabras bien sonantes hacías más daño que con cualquier daño físico que se pueda ejercer a ninguna persona.

Sin embargo... la pelea fue distinta a las demás. Yo, como nunca antes hasta el momento había ocurrido, no cedí.

No, aquella vez no pensaba volver a dejarme pisotear por ti como siempre hacía. No quería que fueses tú el que volviese a salir victorioso. No quería ser yo la que acarrease con todas las culpas.

¿Sabes qué fue lo mejor? Que, aún ahora, no sé por qué nos peleamos. No sé cuál fue el motivo de la discusión que llegó a romper el estrecho lazo que nos unía.
Hoy el amor se ha esfumado, así pues, mi única compañera será una buena taza de chocolate caliente. Algo de dulzor en mi vida nunca viene mal.
Amo cuando lo sueltas tan a la ligera, como si careciese de importancia, aunque realmente posea demasiada.

Ojitos de cordero degollado

-¡Estoy enfadada! -Declaré gritando con fuerza a la vez que me cruzaba de brazos. Lo miraba directamente a él con el ceño fruncido y los dientes muy apretados, casi haciéndome daño.
-¿Enfadada? ¿Enfadada por qué? -Me miraba dubitativo, una de sus cejas alzadas y una pequeñísima mueca comenzaba a asomarse por sus labios. La verdad es que parecía incluso preocupado por si había hecho algo que me hubiese molestado. Já, se lo merecía.
-¡¿Cómo que por qué?! -Mis ojos se abrieron como si estuviese sorprendida. -Pues... pues... -vacilé un momento sin saber muy bien qué decirle. -¡Porque me estoy volviendo super dependiente! -Dejé de sostener su mirada para posar la mía sobre el suelo, sobre nuestras piernas.
-¿Super dependiente? ¿A qué te refieres? -Una sonrisita se formó en sus labios. Sí, vale, me imagino que ya sabía por dónde iban los tiros. Pues no, no pensaba darle la satisfacción de decirle exactamente lo que él esperaba que dijese.
-A que... Ahora el que cocina eres tú -Vale, sí, frase rápida que viene con inconveniente incluido: suma estupidez.
-Iryn... ambos sabemos que eso no es lo que querías decir. Venga... ¡Dilo! -Me dio un par de golpecitos en el brazo, suplicante mientras me ponía ojitos de cordero degollado. Tsk... a esos ojitos no había Dios que se resistiera.
-Bueeeno... a que te amo demasiado -Susurré muy bajito.

A continuación, noté sus labios sobre los míos en un profundo y cálido beso.
Que ridícula, absurda y tonta que puedo llegar a ser.
Hoy no encenderé las luces, hoy me quedaré en silencio escuchando solo tu respiración, hoy no habrá dudas, hoy no habrá miedos. Puedo asegurarte que hoy conseguiré ser feliz.

Lo seré, te lo aseguro, mis pensamientos volarán por una galaxia demasiado lejana para que los miedos sean capaces de alcanzarme. Y te abrazaré, te estrecharé entre mis brazos y te cantaré una suave balada en la cama.

Solo tú y yo

He de decir que era lo mejor que había cruzado nunca mi vida. Los colores oscuros que se fundían en sus ojos visitaban cada uno de mis días transportándome al intenso y maravilloso mundo de los sueños - Aquel lugar en el que él me decía que me amaba -
Sus palabras mezcladas con un pequeño contacto de sus dulces labios hacían que todo mi cuerpo se estremeciera recorrido por incontables rayos eléctricos.

Recuerdo perfectamente cómo nos encontrábamos descansando sobre la playa con el único sonido de las olas contra la arena y la melodía de su corazón cantando bajo mi cuerpo. Nuestras almas se juntaban y entrelazaban formando un maravilloso baile de formas y colores.

Amaba aquellos momentos en los que éramos solo él y yo sobre la Tierra siendo una sola persona, en los que las preocupaciones desaparecían como si su existencia jamás se hubiese dado.

Porque él, fue el bote que consiguió sacarme del agua, la luz que dirigió mi camino, el oxígeno que alimentaba mis pulmones, mi única razón de felicidad y mi única esperanza.

Y ahora y siempre gritaré a las estrellas que mi corazón es solo suyo, que continuo viva por él y que lo amo con cada fibra de mi ser.
¿De verdad aquella figura reflejada en el espejo era mi propia persona? Me encontraba tan extraña que era incapaz de identificarme. Supongo, que lo que el cristal me mostraba, en realidad no era otra cosa que la cárcel que tenía presa a mi alma.

Pesadillas

Ayer tuve una pesadilla en la que tú aparecías.

Tus fríos y oscuros ojos llenos del más profundo de los odios que jamás antes había sido capaz de apreciar. Tus ondulados cabellos claros extendidos sobre tu rostro y cuello tapando las cientas de cicatrices que tu mismo te habías producido. Tu gesto duro y despiadado daba a entender el que no vacilarías a la hora de la verdad. He de reconocerlo, te asemejabas tanto a la frialdad que podría haberte confundido con la muerte.

Recuerdo el escalofrío que recorrió mi espalda cuando nuestras miradas se encontraron. Recuerdo el sentimiento que me invadió, la certeza de que hiciera lo que hiciese sería incapaz de huir de ti. Recuerdo cómo te lanzaste sobre mí, todos aquellos intentos estúpidos por conseguir escapar. Soy incluso capaz de recordar cómo mis gritos desgarrados chocaban contra las paredes sin respuesta.

Después de todo aquel dolor, sufrimiento y miedo. ¿Sabes lo que más me aterrorizó? Que aquello no fuese otra cosa sino la realidad.

Enid West

Ahora, en esta noche silenciosa, callada y oscura, después de tanto tiempo separados por un motivo difícil de ignorar, en el momento en el que las palabras no quieren surgir y los sentimientos se ocultan para no ser descubiertos; mírame directamente a los ojos con tu mirada cristalina por una sola vez en tu vida. Pero prométeme que, en el preciso instante en el que nuestros ojos se crucen, procurarás no pensar en nada de eso. Júrale a la blanca Luna que no te separarás de mí por el asco o la repulsión que llegué a darte, que intentarás que todos los recuerdos de mi pasado no te atormenten.

Deja de lado todos aquellos llantos sobre a tapa de un oscuro váter, todos aquellos miedos callados que no hacían otra cosa que gritar en silencio, todas aquellas noches en las que mis lágrimas mojaban las sábanas sin compasión a la espera de que mi llanto consiguiese que volvieras a mi lado. Perdona todo aquel daño que mis más profundas pesadillas y sentimientos causaron a ambos.

Olvida todo lo que fui en un pasado y quédate con lo que ahora mismo soy, quédate sencillamente con Enid West.

Kissed by an angel

-But she didn´t see. He had no place in her life, and perhaps that was best for her, but it was a miserable life in death for him. If only she´d free.... him from his prision of love. But she didn´t know, didn´t see the key that was in her hands only in her gentle, loving, carig, caressing, hands, in hands that held, that healed, that hoped...

-Shut up!!