Cada oscura y triste noche, entre lágrimas y lamentos, volvía a hacerlo. Cerraba mis ojos con fuerza y, mientras las lágrimas rodaban por mis sonrosadas mejillas, volvía a reunirme contigo.
Iba recolectando todos mis recuerdos, agarrándome con fuerza a ellos para que no se escapasen entre mis dedos pues no quería perderte. No de nuevo. Observaba tus carnosos y secos labios, tus oscuros y profundos ojos, tus cabellos cortos y claros. Me abrazaba a cada uno de los momentos que vivimos desde el día que nos conocimos.
No quería olvidarte nunca pues, aunque te hubieses marchado hacía mucho, aún seguías vivo en mi mente y mi corazón.
Por eso, cada noche antes de dormir, me culpaba a mí misma una, dos, cientas de veces por haberte dejado escapar.
Te eché de menos cuando ya era demasiado tarde para alcanzarte.
Pintaremos en el suelo una gran sonrisa para intentar olvidar nuestras penas. Lástima que en ese instante el cielo esté llorando y nuestro dibujo se pierda en infinita tristeza.
Prólogo
Es triste mi historia pero... es una historia real. No estamos hablando de ningún cuento, novela trágica o película. Ningún momento de mi vida fue pensado para hacer llorar hasta que los ojos te duelan... aunque realmente lo haga.
Dolor... ¿Has experimentado alguna vez esa sensación? Llega un momento en el que ya eres incapaz de sufrir más, tú corazón ha sido atravesado por la última puñalada y, tienes la certeza de que te acabarás muriendo del dolor.
He vivido cientas de ocasiones como esa pero finalmente acabé saliendo de aquel pozo en el que mi alma se había sumergido. Salí tantas veces de él... Me levanté, luché, peleé con uñas y dientes...
Sin embargo, aquella vez fue diferente.
¿Qué ocurrió? ¿Por qué acabé en esa situación si desde pequeña había sido una luchadora? Todo se reduce a una palabra y todo lo que llevaba por detrás. Él. Él y todas sus grandes mentiras. Él y todos mis sueños rotos.
Dolor... ¿Has experimentado alguna vez esa sensación? Llega un momento en el que ya eres incapaz de sufrir más, tú corazón ha sido atravesado por la última puñalada y, tienes la certeza de que te acabarás muriendo del dolor.
He vivido cientas de ocasiones como esa pero finalmente acabé saliendo de aquel pozo en el que mi alma se había sumergido. Salí tantas veces de él... Me levanté, luché, peleé con uñas y dientes...
Sin embargo, aquella vez fue diferente.
¿Qué ocurrió? ¿Por qué acabé en esa situación si desde pequeña había sido una luchadora? Todo se reduce a una palabra y todo lo que llevaba por detrás. Él. Él y todas sus grandes mentiras. Él y todos mis sueños rotos.
Introducción
Mi querida Katherine:
Después de mucho tiempo pensándolo, día tras día. He decidido que haré una sección para ti y solo para ti. En ella te iré contando cada una de mis experiencias. Mis malos momentos y, sobretodo, intentaré enseñarte lo perra que es la vida con las personas que menos se lo merecen. Sé que mis consejos serán malos. Sin embargo, lo importante de todo esto es que, la mejor forma de aprender se lleva a cabo después de todas las caídas, de todas las pérdidas de esperanza.
Sin embargo recuerda en todo momento que tu vida es tuya y solo tuya. Nadie la vivirá por ti y, por supuesto, nadie tiene derecho a vivirla por ti. Por tanto mi primer consejo será este: nunca dejes que los demás se hagan con las riendas de tu propia existencia. Nunca. No se lo permitas a nadie o será el fin. Tú eres la que decidirás lo que hacer y cómo hacerlo, la que luchará por las cosas que más le importan, la que se rendirá o seguirá hacia adelante.
No te permitas que te manipulen, nunca. Recuerda esto que te estoy contando puesto que, será lo más importante que te pueda decir nunca. Recuérdalo.
Siempre tuya, Eliseth.
Después de mucho tiempo pensándolo, día tras día. He decidido que haré una sección para ti y solo para ti. En ella te iré contando cada una de mis experiencias. Mis malos momentos y, sobretodo, intentaré enseñarte lo perra que es la vida con las personas que menos se lo merecen. Sé que mis consejos serán malos. Sin embargo, lo importante de todo esto es que, la mejor forma de aprender se lleva a cabo después de todas las caídas, de todas las pérdidas de esperanza.
Sin embargo recuerda en todo momento que tu vida es tuya y solo tuya. Nadie la vivirá por ti y, por supuesto, nadie tiene derecho a vivirla por ti. Por tanto mi primer consejo será este: nunca dejes que los demás se hagan con las riendas de tu propia existencia. Nunca. No se lo permitas a nadie o será el fin. Tú eres la que decidirás lo que hacer y cómo hacerlo, la que luchará por las cosas que más le importan, la que se rendirá o seguirá hacia adelante.
No te permitas que te manipulen, nunca. Recuerda esto que te estoy contando puesto que, será lo más importante que te pueda decir nunca. Recuérdalo.
Siempre tuya, Eliseth.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)